Carmen Landívar, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación, el juego tiene mucha importancia en el marco de la educación, el desarrollo infantil está directa y plenamente vinculado con el juego.
Por Olivia Orrego Córdova. 28 mayo, 2013.A propósito del Día Internacional del Juego, que se celebra hoy, traigo a la memoria lo que continuamente observo en muchas escuelas que visito, en las que ya no es cotidiano ver a los niños compartir los juegos de antaño: saltar soga, el trompo, la rayuela, las rondas, etc.; es más, parecen haberse olvidado que el juego es una actividad que debe estar presente en todos los seres humanos, su universalidad es el mejor indicativo de la función primordial que debe cumplir a lo largo del ciclo vital de cada individuo. Habitualmente se le asocia a la infancia, pero lo cierto es que se manifiesta a lo largo de toda la vida del hombre incluso hasta en la ancianidad.
La magíster afirma que el juego tiene mucha importancia en el marco de la educación, el desarrollo infantil está directa y plenamente vinculado con el juego, ya que, además de ser una actividad natural y espontánea a la que el niño le dedica todo el tiempo posible, a través de él, el infante configura su personalidad y habilidades sociales, estimula sus capacidades intelectuales y psicomotoras y, en general, le proporciona experiencias que le enseñan a vivir en sociedad, a conocer sus posibilidades y limitaciones, a crecer y madurar.
“Estoy convencida de que el juego tiene una función educativa y constituye entre otras, una herramienta crucial para el aprendizaje; invoco a las profesoras del nivel inicial a llevar el juego a las aulas, y esto lo conseguiremos solo con un cambio de actitud”, enfatiza la docente.